Quien diga “yo no puedo hacer nada” está renunciando a la lucha y al hacerlo está renunciando a la esperanza. Todos podemos hacer algo, todos debemos hacerlo. La lucha por una escuela diferente, por una educación distinta, es la misma lucha por construir ese mundo que soñamos. Por eso mismo no es una lucha individual, es una lucha que a todos compromete.
Jesús Palacios (1989, p. 644).
Las maestras y los maestros construyen futuro todos los días, de la mano de sus estudiantes fortalecen la democracia, y a través del proceso de enseñanza aprendizaje avanzan hacia un país más libre y justo.