El ajuste y las políticas autoritarias afloran para cortar, por el hilo más delgado, las necesidades de trabajadores y estudiantes. No importa si la Escuela no lleva adelante su misión y si los Supervisores/as cumplen su función en base a la libertad que merece el concepto de garantía de funcionamiento del sistema educativo, por parte de estas autoridades del máximo escalafón docente. Por el contrario, vienen siendo bombardeados por una serie de notas sobre los artículos 20º del reglamento de licencias Nº233/98; 26º de la Resolución 146/94 y 29º del Reglamento de Designaciones- Resolución Nº 1080/92 y otras comunicaciones que llevan, al mejor estilo de control a establecer cuotas de miedo, de encerramiento y de callar cualquier posibilidad de expresión en contrario.
A las innumerables pérdidas de clase por problemas de calefacción, edificios en riesgo, caída de mampostería, falta de elementos de limpieza, de porteros, de agua potable, y hasta de inundaciones de agua servida, para detallar alguna de las enormes motivaciones que hacen perder clases, nada se dice por parte de las mismas autoridades, causantes de éstas pérdidas que no son menores. Por supuesto sin que ningún funcionario resienta su salario por incumplimiento de sus funciones.